A diferencia de gestiones anteriores, en Diputados apuntan a más apertura hacia la prensa

La segunda sesión ordinaria de Diputados, en la que se aprobó una nueva ley de moratoria, dejó expuesto diferencias de gestión interna entre la actual conducción de Fabián Martín y las anteriores gestiones peronistas. El cambio central radica en la comunicación de las tareas en comisión y la participación de cada legislador. Incluso, trascendió que habrá plena apertura a la prensa y se dará difusión a la lista de asistencia por lo que, indirectamente, se conocerá qué diputado estuvo ausente y no participó de los debates de los proyectos. Así, fuentes del recinto, indicaron que se trata de una modificación con impacto político, ya que se sabrá públicamente si la oposición, que tiene mayoría en los distintos cuerpos, da quórum en las comisiones y si acompaña los proyectos que lleguen desde el Ejecutivo.

Según indicaron las fuentes, en las administraciones anteriores, al tener el justicialismo plena mayoría de Diputados, existieron casos en los que no hubo reunión de comisión y existieron normas que se sancionaron sin discusión con la oposición.

El retoque que decidió la nueva presidencia fue notificado a cada comisión. Desde el área de prensa de la Cámara informaron a los legisladores que, ahora y a diferencia de gestiones pasadas, “el objetivo es comunicar a la sociedad que los diputados trabajan todos los días y no sólo los jueves cuando ha sesión, como ocurría anteriormente”. Incluso, se hizo público el día y horario de reunión de cada una de las 18 comisiones. En dichos encuentros quedó claro que, tal como lo indica la Constitución y el Reglamento Interno, las sesiones de la Cámara son públicas a menos que el cuerpo decida lo contrario. Esa aclaración no es menor, ya que, en más de una vez, han existido reuniones de comisión las que no se permitió el ingreso de la presa y, por lo tanto, no se conoció la postura de cada legislador a la hora de tratar un proyecto de ley.

La medida de la gestión de Martín es clave. Es que, al igual que ocurre en el recinto, el orreguismo tiene minoría en la composición de cada una de las comisiones. Así, de no contar con acuerdos políticos, la oposición puede hacer valer su peso en votos a la hora de aplicar cambios en los proyectos y sancionar dictámenes diferentes a las intenciones del Ejecutivo. También pueden no aportar la cantidad suficiente de diputados para que las comisiones puedan sesionar.

Al darle publicidad y permitir la tarea de la prensa, dichas acciones quedaran expuestas, lo que puede servirle al oficialismo políticamente. Esto es, enrostrarle a la oposición que no quieran abrir el debate o que tomen posturas diferentes a las que busca la gestión orreguista. 

Según recordaron fuentes calificadas, hasta diciembre del año pasado, si bien había trabajo en comisión, no fue de trascendencia y, en algunos casos, el uñaquismo, al tener amplia mayoría en el recinto, tomaba decisiones legislativas sin debate. Incluso, en varias oportunidades, esas situaciones se plasmaron en las sesiones ordinarias, donde el interbloque de Juntos por el Cambio (JxC) resolvía emitir dictámenes en minoría, ya que esos temas no habían sido tratados en comisión.