A un año de la muerte de Catalina Valdez, no hay detenidos ni condenados

El 8 de septiembre no es una fecha más para la familia Valdez. Ese día la pequeña Catalina murió tras haber sufrido un siniestro vial cuando viajaba en el auto de su padre. El vehículo chocó con un poste en inmediaciones de calle Abraham Tapia, entre Larraín y Francisco Villagra en Capital.

Producto del fuerte impacto, Catalina y su madre debieron ser trasladadas de urgencia al Hospital Rawson, donde recibieron atención médica debido a los fuertes politraumatismos sufridos.

La menor fue quien se llevó la peor parte ya que a causa del golpe sufrió severas lesiones internas pero inexplicablemente, luego de ser atendida por enfermeros y médicos del Hospital Rawson que, aparentemente no advirtieron esta afección, fue dada de alta a las pocas horas, siendo enviada a su casa. 

Ya en su hogar, la nena se descompensó y su estado de salud se agravó por lo que fue trasladada nuevamente al hospital donde lamentablemente murió. Tenía una hemorragia interna que le ocasionó la muerte.

Ha pasado más de un año y las dos médicas que fueron señaladas como las responsables de dar el alta médica a la pequeña, Marcia González y Vanesa Sojo, fueron sobreseídas por la Justicia que entendió que ambas habían actuado “de acuerdo al protocolo”.

“La Justicia no nos dejó seguir avanzando con la investigación. Lamentablemente para nosotros, pasó lo que era más probable que pasara: que no nos dejaran seguir. Se tuvo que hacer una pericia médica donde se tuvo que conseguir un perito de parte tanto nosotros, como la parte demandada y el la Justicia. A nosotros se nos hizo imposible conseguir un perito de parte. Hablamos con muchos médicos de acá de San Juan y no se quisieron involucrar por ‘cuestiones de ética’ y porque no les parecía correcto hablar mal de un colega”, dijo a 0264, Eduardo Valdez, el padre de Catalina.

Ningún perito quiso oficiar de parte de la familia de la pequeña. Sus padres se comunicaron con profesionales médicos de toda la provincia y provincias aledañas pero no obtuvieron respuestas favorables.

“Nadie quiso salir a favor nuestro. Se hizo la pericia judicial sin un perito de parte nuestra y salió el resultado que ellos querían: que las médicas habían actuado correctamente. En pocas palabras, la culpa había sido nuestra", expresó el padre de la menor. 

Tras haber recibido este revés judicial, insistieron en solicitar nuevamente una pericia pero en esta ocasión le dieron un plazo de 30 días para conseguir un perito pero fue imposible ante la negativa de todo profesional médico al que consultaban. 

"Hablamos con otros médicos de otras provincias y nos dijeron lisa y llanamente: 'tu hija se murió porque tiene tu apellido. Si hubiera sido hija de alguien importante la hubieran revisado de pies a cabeza'. A Catalina tendrían que haberle como mínimo realizado al menos una ecografía para determinar que tenía una hemorragia interna pero nunca le hicieron nada. Ni siquiera sabían como estaba vestida mi hija", sentenció. 

Ha pasado un año en el que los padres de la pequeña han recorrido un camino colmado de obstáculos en su necesidad de justicia. Tras mucho luchar y antes las reiteradas decepciones Eduardo y su esposa tienen la convicción de haber hecho todo lo que estuvo a su alcance. 

"Tratamos de seguir viviendo como se puede y esperamos que Dios, de alguna manera, haga justicia. La conciencia de las médicas que atendieron a mi hija no va  a estar tranquila. Nosotros sí estamos tranquilos. Con mi esposa apoyamos la cabeza en la almohada todas las noches, tranquilos de saber que hicimos todo lo posible", concluyó.