“La tía”, la quiosquera de Casa de Gobierno querida por todos

Margarita Olga Vega, tiene 78 años y es más conocida como “La tía” o "La Olguita”, pues trabaja hace más de 30 años en Casa de Gobierno y es querida por todas las personas que por allí pasan y tienen el gusto de conocerla.

Periodistas, funcionarios, políticos, policías, trabajadores de Casa de Gobierno, siempre pasan por el negocio para saludarla, charlar con ella o verla, pues allí está ella sonriente y feliz haciendo lo que más le gusta y lo que la llena.

“Estoy más acá que en mi casa, gracias a Dios me siento bien. Me costó mucho llegar a donde estoy, trabajé mucho, me sacrifiqué mucho y gracias a los que me ayudaron, hoy estoy acá, y todavía me ayudan, nunca me hicieron problema por nada, estoy tranquila”, comentó Olga a 0264 Noticias.

Los comienzos

Sus comienzos no fueron fáciles, todo sacrificio tiene su recompensa y este es un ejemplo de eso. Primero empezó vendiendo en los pasillos, hasta que un oficial le preparó su lugarcito en el ingreso de Casa de Gobierno y así estuvo trabajando tres años, soportando las condiciones climáticas por trabajar al aire libre: "Hasta con nieve y lluvia venía a trabajar", aseguró.

Y un día, el secretario de la Gobernación en esos años, le ofreció hacerse el quiosco donde está hace 28 años. Casi al lado en donde están los efectivos de la Policía: la mano de obra le costó "un asado y una damajuana", se ríe con nostalgia al recordar.

Su familia, sus pilares

Siempre la acompañaba su marido, que falleció hace algunos años, pero siempre lo recuerda como su compañero de vida.

Tiene un hijo, que es un reconocido abogado penalista de la provincia de San Juan y dos nietos de 13 y 23 años, el mayor es psicólogo.

Se lleva muy bien con su nuera Sandra y tiene mucha gente amiga que la ayuda y acompaña, como Sonia quien es enfermera y cuando tiene un tiempito va y se toman unos buenos mates.

"Siempre venía con él (marido), me acompañaba, me traía en el auto y me esperaba hasta que nos íbamos. A mi hijo no le gustaba mucho, pero nunca me dijo nada, siempre tuve el apoyo de él. La gente que está y pasa por aquí es mi sostén, me quieren mucho, por eso estoy contenta", dijo entre risas.

"En mi casa no me aguanto: sábado y domingo extraño muchísimo el quiosco, la paso bien", añadió.

Su infancia y su llegada a San Juan 

Olguita es riojana y llegó a los 18 años a San Juan. Falleció su padre y se vino a trabajar con su madre y hermanas. 

Con el tiempo, la única que quedó en San Juan fue ella, ya que sus hermanas se fueron a vivir a Mendoza.

Desde muy chica ya atendía un almacén familiar: "Desde pequeña me gustó el tema, gracias al sacrificio y saber esperar el futuro, seguí, seguí y acá estoy".

Testigo del paso de gobernadores y políticos

Firme al pie del cañón, Olga conoció a los gobernadores y políticos que en los últimos 30 años estuvieron en Casa de Gobierno.

Siempre con amabilidad y buenas energías, agradecida con todos los que la quieren y apoyan. Con algunos mandatarios tiene algunas lindas anécdotas, a otros los vio de pasadita nomás.

Le llaman"La tía" porque un día al kiosco llegaron unas sobrinas que la visitaron desde su provincia natal y no pasaron desapercibidas. Lejos de enojarse, es el apodo con lo que la conocen todos y ella es feliz.

Olga Vega con sus casi 80 años es uno de los personajes que se hace querer. Con una sonrisa, atenta a las necesidades de todos lo que pasan por su kiosco, repasa su historia y mirando al horizonte, sin decirlo, sabe que su vida es buena, que valió la pena el sacrificio y que las recompensas, hoy no son materiales.

Darío Pacheco