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“¿Quién nos devuelve la vida de mi niño?”: a un año sin Lautaro Bustos, la familia reclama por justicia

El nene de 9 años murió electrocutado el el 18 de noviembre de 2018 en Chimbas, luego de agarrar un cable que colgaba a metros de un canal.

“¿Quién nos devuelve la vida de mi niño?”: a un año sin Lautaro Bustos, la familia reclama por justicia
martes 19 de noviembre de 2019

Este lunes se cumplió un año sin Lautaro Bustos, sin su mirada, sin su sonrisa y la alegría que lo caracterizaba. El pequeño de 9 años murió electrocutado luego de tocar un cable que colgaba cerca del canal en el que se estaba refrescando.

Fue un 18 de noviembre de mucho calor. Según el relato de su abuela Betty, Lautaro estaba junto a su abuelo en la cancha, cuando uno de sus amiguitos pasó corriendo y lo invitó a ir al canal. Estaban juntos cuando la tragedia alcanzó al menor. “Él iba pasando por al lado del cable, no sabemos si lo agarró o lo rozó, pero le dio la corriente”, indicó la abuela en Estación Claridad.

A un año de la tragedia que enlutó para siempre a la familia Bustos, aun no encuentran consuelo ni justicia. “Le pido al juez que por favor se ponga las manos en el corazón y que haga pagar a los responsables. A mi nieto no le tendría que haber pasado esto, a ese cable lo tendrían que haber arreglado antes. Esperaron que pasara algo para recién mandar a arreglar. Estábamos en el hospital y ya estaban arreglando el cable, esperaron que mi niño falleciera para recién mandar a la gente de Energía San Juan a trabajar”, manifestó.

Para la familia Bustos, la justicia va muy lenta. Es que todavía el juez Matías Parrón no le tomado declaración al único apuntado por la justicia. Se trata de Alberto Herrero, quien era el secretario de Obras y Servicios de la Municipalidad de Chimbas. Se determinó que esa parte del tendido eléctrico dependía del municipio y no de Energía San Juan.

“Es muy injusto lo que han hecho. Por qué no mandaron a arreglar ese cable a tiempo. Ahora se pasan la pelota entre Energía San Juan y la Municipalidad”, aseguró la mujer.

Con mucho dolor, Betty concluyó: “Nos partió el alma. Era un niño muy compañero, él tenía muchas ganas de vivir, es muy injusto lo que pasó. Era muy alegre, una excelente persona. Por una imprudencia de no haber arreglado ese maldito cable, nos arrebataron su vida en un segundo”.

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