25 de Mayo: una revolución que llegó tarde pero seguro a San Juan

Corría el mes de mayo de 1810 y a medida que pasaban los días, el deseo de liberación era un sentimiento ferviente en los patriotas que soñaban un país libre de la dominación española.

Hasta que el día llegó: el 25 de mayo, el Cabildo Abierto daría como resultado la conformación de la Primera Junta de Gobierno, poniendo fin al Virreinato del Río de la Plata.

La noticia tardó un poco en llegar a San Juan, donde se tenía escaso (o casi nulo) conocimiento sobre lo sucedido en Buenos Aires.

"En San Juan, desde el inicio del Virreinato del Río de la Plata, el espirítu español, la hispanidad era un factor presente y estaba muy ligado a la provincia. San Juan y Mendoza estaban vinculadas la Capitanía General de Chile, de donde provenía la principal corriente colonizadora. Esa hispanidad estaba acompañada por un claro predomino de la iglesia católica", explicó a 0264, el magíster y profesor de Historia, Alejandro Salazar.

¿Cómo era San Juan en 1810?

"Era una ciudad muy pequeña por aquel entonces. Hay que tener en cuenta que las principales casas y solares se ubicaban a lo largo de unas 20 o 30 cuadras, alrededor de lo que es hoy la Plaza 25 de Mayo. Eran casas de un estilo colonial, con patios, algibes y varias habitaciones. Los principales edificios eran la Catedral que estaba en el lugar donde se encuentra hoy en día; y el cabildo de San Juan, ubicado en calle General Acha, entre Mitre y Rivadavia. Ese cabildo fue demolido y allí se construyó una casa de gobierno que a su vez, fue destruida por el terremoto de 1944. Luego de eso, se abriría una avenida en ese mismo lugar, avenida que hoy conocemos como Ignacio de la Roza", relató.

La noticia tardía y las posiciones enfrentadas

Un historiador local, el profesor Videla, afirmó en sus estudios que por aquel entonces, San Juan "dormía una siesta colonial". Esa afirmación se sustenta en el rol de la provincia una vez iniciada la Revolución.

"Había una 'pasividad' ya que San Juan estaba hispanizado. La revolución fue el 25 de mayo pero la noticia llegó 23 días, es decir, el 17 de junio", continuó Salazar.

Conocida la noticia, surgió una controversia que llevó a enfrentar posiciones. Por un lado, la Iglesia de San Juan y los sectores conservadores no estaban de acuerdo con separarse del Imperio Español. Del otro lado, algunos políticos y líderes patricios de la época comenzaron a demostrar cierto fervor por cambiar la situación política de la provincia.

Con la noticia de la Revolución llegaron dos cartas a San Juan, con dos solicitudes contradictorias entre sí. Una fue enviada por la mísmisima Primera Junta que instaba a la provincia a ajustarse a los principios de la Revolución; y la otra carta, enviada por el gobernador de Córdoba (ya que San Juan dependía de esta provincia por aquel entonces).

En esa misiva, el gobernador cordobés les pide a las autoridades políticas sanjuaninas que no se unan a la revolución.

San Juan se suma a la revolución en una fecha clave ¿Un presagio de lo que vendría después?

Tras haber recibido esa correspondencia. Las autoridades políticas de San Juan convocaron a un cabildo abierto para discutir qué postura se tomaría respecto de lo ocurrido casi dos meses atrás en Buenos Aires.

Después de deliberar durante el 7 y 8 de julio, casualmente un 9 de julio de 1810, San Juan decidió apoyar a la Primera Junta, haciendo caso omiso a la petición de Córdoba.

El primer patriota sanjuanino

Ese mismo 9 de julio, con la decisión de apoyar la Revolución de Mayo, también se decidió enviar un diputado que representara a San Juan, ya que la Primera Junta convocó a representantes de las provincia de ese entonces para que acompañaran al primer gobierno patrio.

El elegido fue José Ignacio Fernández Maradona, el primer hombre sanjuanino de la revolución, que junto a otros patriotas sanjuaninos, apoyaron las ideas libertadoras desde un principio

Desafortunadamente, cuando Fernández Maradona llegó Buenos Aires, los intereses porteños y las diferencias políticas entre los miembros de la Primera Junta, hicieron que esta se disolviera en diciembre de 1810 y que, con la incorporación de los representantes provinciales, se transformara en la Junta Grande

Fernández Maradona integraría esta junta brevemente pero renunciaría a mediados de 1811 y regresaría a San Juan donde continuaría activo en la vida política a la provincia, apoyaría a San Martín en la gesta libertadora y sería gobernador de la misma entre marzo y agosto de 1820.

Las ideas revolucionarias que no se detendrían

La Revolución marcó el camino para la activa participación sanjuanina en las decisiones de la naciente patria. Desde 1811 a 1816, los legisladores sanjuaninos serían de vital importancia en el siguiente paso a la libertad: la independencia.

Para ese entonces dos sanjuaninos serían protagonistas en primera persona: Francisco Narciso Laprida y Fray Justo Santa María de Oro. 

Porque si bien, las ideas de revolución y de libertad llegaron tarde a San Juan, llegaron para quedarse y el resto, es historia.