Trabajo infantil: la lucha por terminar definitivamente con una realidad aún presente

El trabajo no es cosa de chicos. Sin embargo es una triste realidad, que si bien no es la norma, está presente aún en estos tiempos. 

Niños vendiendo estampitas en los restaurantes, barriendo veredas o pidiendo limosnas, son escenas que antes se veían con frecuencia pero afortunadamente, en los últimos años, han ido disminuyendo. 

Pero eso no quiere decir que ya no existan. Eso requiere la intervención del Estado para poder garantizar la contención de los chicos.

De acuerdo a lo informado por la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, hay aproximadamentre 60 casos por mes, en distintos departamentos como Rawson, Rivadavia, Chimbas, Pocito, Caucete y también, en el microcentro sanjuanino.

"En la Dirección tenemos un programa denominado ‘Niñez en Familia’ destinado a amparar y contener a niños, niñas y adolescentes que tienen como estrategia de supervivencia la mendicidad o la venta ambulante en la vía pública", dijo a 0264, el titular de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, Sergio Sepúlveda

El funcionario explicó que las tareas implican que personal de la repartición sale a monitorear diariamente al centro, bares, restaurantes y confiterías en horarios claves, así como también se recorre a diario los departamentos antes mencionados.

Muchos de los menores, son adolescentes entre 14 y 17 años. Por eso se trabaja con ellos en el marco de la ley 26.390 de trabajo adolescente protegido. Otros tantos casos frecuentes, corresponden a niños y niñas en compañía de padres, o familiares cercanos.

La contención posterior 

Otra de las tareas de prevención consiste en trabajar mancomunadamente con merenderos en donde los especialistas de la dirección hablan con los chicos y sus padres en donde los concientizan sobre los peligros que representa para los menores el hecho de ejercer este tipo de actividades además de explicarles que el trabajo infantil vulnera los derechos de los chicos. 

Respecto de las personas que tienen a su cargo chicos a los cuales envían a pedir limosna y luego de ser advertidos, reinciden en la falta, la acción es penal por el lado judicial y luego, desde la Niñez se encargan de contener a los menores a través del contacto por profesionales especializados.

En algunos casos, es necesario investigar el entorno y trabajar con la familia de estos menores. 

“La idea es identificar cuáles son las necesidades del chico. En algunos casos se necesitan medidas de protección integral como la escolarización del chico, tratamientos de salud o completar el calendario de vacunas", manifestó Sepúlveda.

“Después de cada abordaje, se hace un seguimiento en particular hasta que desaparezcan los factores de peligro. Hay familias que necesitan que trabajemos más de cerca y nos involucremos para evitar una medida excepcional”, sostuvo.

Estas medidas excepcionales contemplan la separación del menor de su núcleo familiar para resguardarlo a cargo de otro familiar o bien, contenerlo en una residencia de la Dirección hasta resolver su situación.

“Este tipo de medidas es el último recurso, es cuando la situación es insostenible. Sabemos y entendemos que el mejor lugar donde puede estar un chico es junto a su familia pero si las condiciones no se dan, se toman este tipo de acciones", concluyó. 

Estas situaciones existen y la sociedad no está a ajena a ello. El aspecto positivo es que existe una conciencia general y mayoritaria que sabe que trabajo y niñez, no van de la mano.