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Argentina y Ecuador quedaron al borde de la ruptura diplomática

María de los Ángeles Duarte, política de Ecuador prófuga de su condena por corrupción, escapó de la embajada argentina en Ecuador y tensó la relación entre el presidente Alberto Fernández y su par, Guillermo Lasso

Argentina y Ecuador quedaron al borde de la ruptura diplomática
miércoles 15 de marzo de 2023

La inesperada crisis diplomática que protagonizan Argentina y Ecuador inició cuando Cristina Fernández de Kirchner recibe a Rafael Correa en su despacho del Senado. En esa oportunidad, el expresidente de Ecuador -prófugo de la justicia de su país por un caso probado de corrupción- le pidió a la vicepresidenta que Argentina le conceda asilo político a María de los Ángeles Duarte, su exministra de Desarrollo Urbano, cómplice de sus actos ilegales y condenada a ocho años de prisión por cohecho.

El pedido se elevó a la Cancillería y, de ahí, al presidente Fernández, quien concedió el asilo a la exministra Correa.

Esa decisión de la Casa Rosada tensó la relación bilateral entre ambos países: Ecuador alegaba que no correspondía el asilo a Duarte, y la Argentina sostenía exactamente lo contrario.

Fernández exigía que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, otorgara un salvoconducto a Duarte, y Lasso se negaba una y otra vez. Sin salvoconducto, Duarte no podía abandonar la embajada argentina, subir a un avión y aterrizar en Buenos Aires.

Harta de su estadía en la embajada argentina, Duarte se escapó. Fue un operativo organizado a la perfección: no fue detenida por las fuerzas de seguridad que vigilaban su estadía en la sede diplomática, tuvo tiempo para dejar a su hijo de 11 años -que estaba con ella en la embajada- con su hermana que vive en Guayaquil y luego abordó un avión que aterrizó en Caracas.

Este martes, el presidente Lasso se enteró que Duarte estaba escondida en Venezuela. Ese hecho dejó en una situación incómoda al embajador argentino Gabriel Fuks, que había jurado en la Cancilleria ecuatoriana que no sabía el paradero de la exministra sentenciada y prófuga.

El Gobierno de Lasso hizo una protesta informal, y la Cancillería no tuvo otra alternativa que reconocer que Duarte estaba en Caracas y que ya estaba recibiendo apoyo diplomático para coronar su status de refugiada política.

De esta manera, las relaciones bilaterales entre ambos países quedaron al borde de la ruptura.

 

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