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El Millonario venció a Banfield por la Copa de la Liga Profesional

Con goles de Nacho Fernández y Robert Rojas, venció a Banfield en el Sur y quedó como líder en su zona. Gallardo, que hizo debutar al pibe Simón, les dio minutos a varios que jugarán el martes por la Libertadores. El local falló un penal y perdió a Cuero y a Arboleda, lesionados.

El Millonario venció a Banfield por la Copa de la Liga Profesional
sábado 21 de noviembre de 2020

River es un equipo que pasa de 0 a 100 en un abrir y cerrar de ojos. Pero River también es un equipo que por momentos sufre y que también encuentra en la fortuna el alivio que necesita.

Banfield puede dar fe de todo ello. Como sea, este 11 retocado que plantó Marcelo Gallardo en el Sur, con la mirada puesta en el partido del martes por la Libertadores ante Atlético Paranaense, tuvo la paz luego de un par de destellos, y a partir de allí lo pudo ganar por goleada o incluso haber perdido si al Taladro le hubiera salido alguna... Y en ese revoltijo de situaciones, los del Muñeco siempre se llevan la mejor parte.

Del otro lado, Sanguinetti envejeció cinco años en 45' minutos. La mala sangre que se hizo el DT fue evidente: se agarró la cabeza cuando ¡Luciano Lollo! transformó un penal en un try (acaso la mayor alegría que le dio a River...), luego el entrenador repitió la misma acción cuando vio que a Cuero no le dio más el ídem -se tiró al sentir un pinchazo atrás tras un pique- y la remató dándole de puntín a una botellita de agua cuando el arquero Arboleda, el otro colombiano, pidió el cambio por un choque con Pinola un rato antes.

A Banfield se le trastocaron las ideas por la mala fortuna y las situaciones desaprovechadas frente a un rival que hizo poco para lastimarlo. Gallardo plantó una especie de 5-3-2 en fase defensiva que mutaba a un 3-5-2 en ataque pero que no le servía para darle volumen de juego al equipo, algo que sí pudo hacer a principio de año. Sucede que a River le cuesta encontrar sociedades que a su vez generen espacios.

Nacho Fernández entró en contacto con la pelota muy atrás y Ferreira no asoma como un buen claro, mientras que Casco y Angileri parecieron rehenes del sistema. Y eso lo terminó sufriendo una zona ofensiva (Álvarez-Pratto) que lució desabastecida. No por nada cuesta recordarle una situación neta de peligro en el inicio.

Así es que por momentos da la sensación de que, entre cambios de esquema y retoques de intérpretes, es River el que termina embarullado en su búsqueda. También es real que otra vez el ingreso de Jorge Carrascal fue positivo (hasta la reacción de la roja del final, claro), le dio un poco más de vuelo y finalización (el colombiano se generó la primera en el ST) aunque al equipo le sigue faltando un hilo conductor, un nudo futbolístico. Pero a falta de eso, lo que sí le sobra es la efectividad que ayer le dio la espalda a Banfield... Nacho pisó el área por primera vez y encontró un cabezazo de Rojas que cambió por el 1-0, justo cuando el Taladro seguía buscando con más claridad por la derecha, entre Payero y Álvarez.

Y fue a partir de ese gol que Gallardo acomodó el medio (adentro Enzo Pérez), cambió el ataque, hizo debutar al pibe Simón y hasta el Sicario pudo poner la testa para su gol, el del desahogo. Y el que le permitió a River sacar adelante un partido más que chivo y quedar puntero en su zona. Como para ponerse a tono con lo que se le viene el martes en Curitiba.

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