La madre de Brenda Requena pidió perpetua para Álvarez

Tras casi dos años de espera, de angustia y de dolor, este lunes comenzó el juicio por el femicidio de Brenda Requena, cuyo principal y único imputado es el marido de la joven, Diego Álvarez. Dicho procedimiento se llevará a cargo de manera virtual y el acusado presenciará la audienica vía Zoom, desde el Servicio Penitenciario Provincial. 

La madre de Brenda, Laura Requena, presenció la primera jornada en la audiencia que podría extenderse durante toda la semana, hasta conocer la sentencia contra el presunto femicida. Nuevamente, la mujer pidió la pena máxima para el asesino de su hija.

“Llegó el día tan esperado, en el que Álvarez deberá decir por qué lo hizo. Espero que sea perpetua”, dijo Laura.

Desde aquel fatídico 11 de julio de 2019, la familia de Brenda transitó un camino lleno de dolor y de incertidumbre, pero el pedido de Justicia se mantuvo más firme y determinante que nunca.

“Ayer en la noche no pude dormir. Lloré mucho. Quería estar fuerte hoy pero las lágrimas me salen. Creo que estoy preparada”, expresó emocionada la madre de Brenda.

Pero luego del juicio contra Álvarez, otro litigio judicial le espera a Laura: la disputa por la tenencia de los pequeños hijos de Brenda, que hoy tienen 6 y 8 años. Si bien logró obtener la custodia temporal de sus nietos, la familia de Álvarez no ha cesado en sus intenciones de que los menores queden a su cargo.

Y es que luego del asesinato de Brenda, los niños estaban a cargo de la familia del presunto femicida. Laura luchó por la vía legal y tras algunos meses, le concedieron la guarda provisoria.

“Espero que los niños se queden conmigo. Ellos están bien gracias a Dios. Estoy nerviosa porque pienso que a raíz de este juicio después habrá otro para saber con quién se quedan y tengo miedo”, expresó.

Antes de ingresar a la Sala I de la Cámara Penal, donde se desarrollará el juicio, la mujer ratificó su sospecha que señala que Álvarez no actuó solo luego de haber acabado con la vida de Brenda sino que tuvo ayuda de alguien más para trasladar el cuerpo hacia el lugar donde luego lo incineraría.

“Continúo firme en mi postura. Él solo no lo hizo. No pudo haberlo hecho solo”, concluyó.