A un año del cierre del local de Garbarino ¿Qué pasó con los empleados?

Ha pasado un año desde que una firma de venta de electrodomésticos cerró sus puertas en uno de los tradicionales locales de la peatonal del microcentro.

Garbarino entró en una crisis financiera a nivel nacional y sucursales de todo el país comenzaron a sufrir los efectos adversos. Una de esas sucursales, fue la central de San Juan, ubicada en la peatonal.

Tras presentar el concurso preventivo de quiebra, la empresa despidió a 1.800 trabajadores en todo el país. En la provincia, 40 empleados resultaron afectados ante esta compleja situación.

La sucursal cerró y algunos empleados fueron reubicados en la sucursal del Híper Libertad (que meses después también cerraría sus puertas). El resto, tuvo que buscar otra fuente laboral mientras encaraban el proceso judicial para cobrar la indemnización correspondiente por los servicios prestados. Sin embargo, a un año del cierre, la mayoría de los trabajadores aún no tiene novedades del pago.

“Ha pasado un año y desde entonces la mayoría de los trabajadores aún no han cobrado la indemnización correspondiente. Ha quedado en nada”, dijo a 0264, la secretaria general del SEC, Mirna Moral.

La referente gremial dijo que los empleados han entrado en acciones legales contra la empresa y el litigio se lleva a cabo desde entonces. En sus viajes a Buenos Aires en las asambleas de la FAECyS, la consulta frecuente es sobre la situación de este conflicto que de momento, ha dejado a la mayoría de los trabajadores sin ver un solo peso de su indemnización

La situación de los trabajadores y el destino del local

Según manifestó la secretaria general del SEC, a un año de lo ocurrido, los trabajadores han ido encontrando otras fuentes de trabajo. Algunos pudieron reinsertarse en el rubro de venta de electrodomésticos en otras empresas, como por ejemplo, la firma que se instaló en el local de Peatonal Rivadavia, donde solía funcionar Garbarino.

Otro grupo pudo encontrar trabajo en el comercio pero en otro rubro y el resto, tuvo que buscar fuentes laborales en otro sector distinto al comercial.

Por otro lado, haciendo hincapié en el local, el factor que más incidió en el cierre fue que los propietarios no podían hacerle frente el elevado costo del alquiler que por ese entonces rondaba por el millón de pesos. Hacía un año no pagaban el alquiler por lo que la deuda ascendía a $12 millones.

Esto sumado a otras complicaciones, condenaron al local que en su últimos días ya no contaba con energía eléctrica ya que se la habían cortado por falta de pago.

Como se mencionó anteriormente, meses después del cierre del local, otra empresa de venta de electrodomésticos, se instaló en esa sucursal que cuenta con salidas a la Peatonal Rivadavia y a Avenida Ignacio De la Roza.

Se trata de Cetrogar, una firma nacional que desde hace un tiempo se instaló y recontrató a algunos ex empleados de la ya desaparecida empresa que alguna vez supo ser líder en ventas de electrodomésticos.