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La vida de Paola Agüero, la última víctima de femicidio, estuvo signada por la violencia

Su hija contó, a través de un posteo en redes sociales, que su papá y quien fue marido de Paola abusó de ella cuando era una nena. Años después y tras poder alejarse de esa relación, la mujer conoció a quien se convertiría en su femicida, Rogelio Schiarolli.

La vida de Paola Agüero, la última víctima de femicidio, estuvo signada por la violencia
sábado 28 de diciembre de 2019

El 13 de diciembre fue el último día de vida de Paola Agüero. Lo primero que se supo fue que quien había decidido terminar con su vida fue su ex pareja, Rogelio Schiarolli. El hombre después de asesinarla de un disparo, intentó quitarse la vida. Pero no lo logró, aunque 48 horas después murió en el hospital.

Con el correr de las horas se supo que la mujer había ido hasta el departamento donde convivió unos años con Schiarolli para terminar de llevarse sus pertenencias. Hacía meses que había decidido separarse. Fue en ese momento que el hombre entró y le disparó. Después se conoció que el hombre era una persona violenta y había sometido psicológicamente a la mujer durante toda la relación.

Pero había una parte de la vida de Paola que muchos no conocían y que su hija, Romina, decidió contar a través de un mensaje que publicó en su cuenta de Facebook. La vida de ambas mujeres parece un relato de terror, pero no.  Es real.

La joven contó que a los 12 años su propio padre abusó de ella. A los 16 años pudo contarle a su mamá los horrores a los que fue sometida por su progenitor y quien fue marido de Paola durante años, el padre de sus hijos. Pero Paola, envuelta en un círculo de violencia psicológica y también de sometimiento y manipulación, no pudo y no supo cómo ayudar a su hija. Con un corazón enorme y una fortaleza inusitada, Romina logró pedir ayuda y entendió a su mamá, comprendió que siempre habían vivido en un ambiente de ocultamiento y negación. A pesar de no haber contado con ella en el momento más difícil de su vida hasta ese momento, la perdonó.

Tiempo después pasó por una difícil situación de salud. Le diagnosticaron cáncer de cuello de útero y ya con la relación con su mamá recompuesta, ambas transitaron juntas ese momento. Y lograron sobreponerse.

Pero tiempo después, otro hombre violento formaría parte de sus vidas. Rogelio Schiarolli, ese hombre que, según cuenta Romina, se mostraba como un “señor”, era en realidad un sujeto machista que se creyó dueño de la vida de Paola. Y así fue como un día decidió darle fin a esa vida de la que se sentía propietario. Romina y sus tres hermanos se quedaron sin mamá. Siete niños se quedaron sin su abuela y sus amigas sin ese ser que consideraba “excepcional”. 

Y como si eso fuera poco, mientras sufrían por la muerte de su madre, ella y sus hermanos debieron ir hasta el lugar del crimen para terminar de retirar las pertenencias de Paola. Allí, el locatario, llamado Jorge Rodríguez, les pidió que limpiaran el lugar y que lo pintaran. Sí, ese lugar en el que su madre había sido asesinada. Además, la Justicia todavía no les entrega los efectos de la mujer, mientras que con la familia del femicida ya lo hicieron.

Violencia en todas sus formas.

El posteo completo:

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