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Sobrevivió al terremoto y hoy cuenta detalles de la trágica noche

A 76 años del terremoto que marcó a San Juan, Amanda Tello habló con 0264Noticias y contó su historia.

Sobrevivió al terremoto y hoy cuenta detalles de la trágica noche
miércoles 15 de enero de 2020

Se cumplen 76 años del día que San Juan vivió uno de sus peores momentos, 76 años de aquel terremoto que cambiaría para siempre a la sociedad, el mismo tiempo que para muchos quedó marcado a fuego en la memoria.  “No se va de la mente, no se va nunca más” esas son las palabras de Amanda Victoria Tello, una sobreviviente de aquel fatídico día que quedó en la historia del país. 

Amanda nació en 1938, aún no cumplía 7 años cuando el 15 de enero de 1944 le tocó presenciar el peor momento de su vida a tan corta edad. La mujer solo había escuchado historias de terremotos a través de sus abuelos, ella ni siquiera entendía de qué se trataba.

Esa noche de verano, eran las 20:20hs cuando se encontraba en la casa de un vecinito jugando, en la calle Tucumán frente a la plaza de Trinidad.  Su recuerdo sigue intacto: “Mi mamá me llamaba para ir a tomar la leche, yo seguía jugando, minutos después vino me levantó y ahí empezó a moverse todo”. Eran las 20:52hs, Amanda  sólo miraba lo que pasaba a su alrededor, con los ojos de una niña, con susto.

Su familia le había advertido a ella y a sus hermanitos que se corrieran de al lado de una pared por el peligro de derrumbe. “Era la pared de la casa donde estábamos con mi amiguito. Si la medianera se caía para nuestro lado yo no estaría contándolo. Lamentablemente se cayó para el otro lado. El terremoto me mató a mi amiguito”. El brillo en los ojos de Amanda demuestra el dolor de aquel momento donde vio a un nene de su edad fallecer debajo de los adobes.

La tristeza recién comenzaba, después vendrían más escenas trágicas, como el derrumbe de la iglesia de Trinidad, las sirenas del toque de queda, los camiones trasladando heridos y fallecidos. “Me tapaba los oídos para no escuchar las sirenas, veía llorar a mis padres, a mis abuelos, no podíamos hacer más nada” expresa con un tono de resignación.

Horas después del terremoto, la familia de Amanda se fue a la plaza de Trinidad, luego buscaron refugio en la iglesia pero la destrucción del lugar era total. La escuela Angel D. Rojas, ubicada en la actual calle Agustín Gómez, fue el lugar elegido por los vecinos de la zona para llevar a sus seres queridos.

Ella recuerda como la policía en conjunto con el ejército buscaban heridos en el lugar. “Estaban con los camiones esperando, cargaban a la gente herida y se la llevaban a Mendoza. Iban familia por familia preguntando si había heridos. Mi hermana tenía una pierna fracturada, cuando le preguntaron a mi papá les dijo que no había heridos porque si no nos iban a separar”.  De esa forma se mantuvieron juntos, apoyándose, para poder resistir “el trago amargo” de perder todo.

Pasó mucho tiempo para que Amanda pueda volver a sentir tranquilidad después de la pesadilla que vivió junto a miles de familias sanjuaninas. Vio sufrir a su gente más querida y aún teme cada vez que la tierra se mueve. “Para el terremoto de 1977 sentí lo mismo que hace 76 años. Me da por llorar cada vez que tiembla, es muy triste. Nadie está preparado para las catástrofes, todo esto que viví no se lo deseo a nadie”.

Si bien San Juan está más preparada en obras y hasta socialmente para este tipo de eventos naturales, la mujer siempre les aconseja a sus seres queridos “cada vez que tiembla hay que salir y dirigirse donde no haya nada que pueda caerse”.

Las palabras de la mujer reviven cada hora de esa noche. Amanda Tello ahora es una feliz madre, abuela y bisabuela de 81 años. Ella les cuenta a sus familiares sus anécdotas y sus nietos tienen la posibilidad de escuchar esta parte de la historia sanjuanina en primera persona, de una sobreviviente de esa noche que “no se va más del recuerdo”, la noche del 15 de enero de 1944.

 

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