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PREOCUPACIÓN

Punta Cana sufrió una baja de turistas tras una seguidilla de muertes misteriosas

Luego de una década dorada, el inexplicable deceso de visitantes estadounidenses generó cierta desconfianza entre los viajeros y eso se reflejó en el bajo nivel turístico registrado en el verano.

Punta Cana sufrió una baja de turistas tras una seguidilla de muertes misteriosas
miércoles 12 de febrero de 2020

Bajo el sol tropical y las palmeras ondulantes, el molesto "sargazo", conocido popularmente como macro-alga, desapareció de las playas de Punta Cana, en República Dominicana. Sin embargo, las misteriosas muertes de ciudadanos estadounidenses, que ocurrieron en el paradisíaco destino a fines del 2018 y comienzos del 2019, no logran "borrarse" de la mente de los visitantes.

Así, el impacto de la seguidilla de decesos en la región, que para los dominicanos se trató de una "campaña de desprestigio", luego de que el FBI confirmara que fue por "causas naturales" y "ajena" a los servicios hoteleros, aún tiene en vilo a un país que crece al ritmo del turismo. De hecho, las autoridades y los empresarios del sector admiten que recuperarse del duro golpe les demandará "al menos un año".

Quien llegó hasta el paraíso caribeño, pudo comprobar la baja de huéspedes y las dificultades para resurgir, más allá de la alegría y sonrisas características de quienes reciben a los turistas.

Más espacios libres en los diversos sectores de los hoteles, varias reposeras vacías, ajustes en los productos para deleitar a los comensales y menos personal ofreciendo los servicios, son algunas de las señales de las dificultades que enfrentaron durante el último tramo del 2019.

El impacto se siente y se palpa, aunque por estas horas, en plena temporada alta, el destino se sostiene con los "turistas premium", de mayor poder adquisitivo, sobre todo de Canadá y Europa. Eso sí, también hay menos argentinos, por el golpe que significó el dólar turista.


"La mayoría de las cadenas líderes tuvo que ajustarse y cerrar el hotel o alguna sección para hacerle frente a esta situación. Algunos dicen que es para reparaciones y refacciones pero la realidad es la baja de huéspedes, por eso aprovechan para hacer arreglos y esperar a que más adelante el destino repunte", explicó a uno de los gerentes de la compañía española Bahía Príncipe, quien aseguró que 2019 cerró con una baja de huéspedes por encima del 20%. "Creemos que esta realidad comenzará a cambiar después de mitad de 2020. Llevará seguramente un año recuperarse de la campaña negativa que se nos hizo", agregó el directivo, poniendo en valor los reportes del FBI sobre las causas de las muertes.

Así, el impacto lo sintieron puertas adentro de los majestuosos complejos "All inclusive". Por ejemplo, en diciembre, el hotel Luxury Esmeralda uno de los sitios "estrella" que tiene la cadena en Playa Bávaro, en Punta Cana, registró menos de 900 turistas cuando para esa época el año anterior superaba los 1400 visitantes.

"Hay muy poca gente en comparación con el año pasado. El servicio es muy bueno, pero ha impactado la noticia de las muertes. Nos animamos a venir porque ya teníamos el paquete comprado. Pero sí hubo americanos que nos recomendaron no venir, que era muy peligroso, como México. Pero adentro del complejo hay mucha seguridad, para grandes y chicos. Los gobiernos quieren prevenir a sus habitantes pero tampoco hay que meter pánico", expresó Susana Arra, una turista argentina, pero nacionalizada estadounidense desde hace décadas, y "repetidora" del destino.

Entre los empleados de las cadenas, la preocupación es creciente, más allá de la buena energía que emanan a los cuatro vientos. "Ha bajado un poco la asistencia de los huéspedes. Ha sido por la mala propaganda que le dan al país, pero las muertes pueden ocurrir en cualquier lugar. Acá se vive feliz, esperando que vengan los turistas; los necesitamos, vivimos de ellos. Las ventas me han bajado como un 70%", contó a este diario Juana Palacio, de 42 años, oriunda de la localidad de Higüey, quien tiene un puesto de comercialización de artículos de playa y piscina en uno de los complejos. "Hay muy poco turista norteamericano, se han cancelado muchos vuelos y reservaciones. Se dicen tantas cosas de las muertes que uno no sabe a quién creerle", agregó un trabajador de la zona.

 

Fuente: La Nación

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