martes 7 de mayo de 2024
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Jueves Santo: ¿qué pasó según la Biblia?

La Iglesia conmemora, entre otros eventos, la traición de Judas a Jesús y la institución de la Eucaristía

Jueves Santo: ¿qué pasó según la Biblia?

El Jueves Santo es una de las jornadas que anteceden al Domingo de Pascua, y que —como los otros días de la Semana Santa— está cargado de referencias que provienen de la Biblia.

Esta extensa fiesta litúrgica comienza el Domingo de Ramos. En este tiempo, los fieles recuerdan la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a donde llegó luego de que comenzó a circular la noticia de que había hecho milagros, y de que muchos lo consideraban como el profeta e hijo de Dios. Una vez que llegó a la ciudad santa, se dedicó a realizar aún más demostraciones de su poder divino, acompañado de sus 12 apóstoles.

 

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La Biblia cuenta cómo la popularidad de Jesús y su doctrina ponían en jaque al Sanedrín, el consejo de ancianos del pueblo de Israel, que oficiaban a la vez como sacerdotes y jueces, y estaban subyugados a la dominación romana en el tiempo de estos acontecimientos. Ambas partes estaban interesadas en la detención de Cristo, que contradecía abiertamente sus preceptos y había protagonizado episodios disruptivos para su orden establecido.

Por eso, buscaron la manera de llegar hasta él y la encontraron en un evento que se rememoró el Miércoles Santo. Fue el acuerdo entre los ancianos y Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús, que prometió entregarlo a las autoridades romanas a cambio de 30 monedas de plata, luego de la reunión por la Pascua judía, que sería conocida posteriormente como la Última Cena.

Este evento fue organizado por Cristo como una manera de despedir a sus apóstoles, ya que —como señala el texto religioso— era consciente del destino que lo esperaba en la cruz. También estaba al tanto del acuerdo de Judas, tal como se lee en el Evangelio según San Mateo: “Llegada la tarde, [Jesús] se puso a la mesa con los doce discípulos, y mientras comían les dijo: ’En verdad les digo que uno de ustedes me entregará'. (...) Tomó la palabra Judas, el que iba a entregarle, y le dijo: ‘¿Acaso soy yo, Rabí? Y él respondió: ‘Tú lo has dicho’”.

Durante la comida, Jesús instituyó la eucaristía, uno de los sacramentos fundamentales de la religión cristiana: “Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: ‘Tomad y comed, este es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: ‘Bebed de él todos, que esta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados’”. El profeta concluyó este momento con la famosa frase: “Yo os digo que no beberé más de este fruto de la vid hasta el día que lo beba con vosotros de nuevo en el reino de mi Padre”.

Además, en la noche del Jueves Santo, Jesús fue a rezar al huerto de los olivos, también llamado Getsemaní.

Al aceptar su destino inminente, se juntó nuevamente con los discípulos y dijo: “Dormid ya y descansad, que ya se acerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos, ya llega el que va a entregarme”. Mientras hablaba, apareció Judas, a quien antecedía —oculta— una gran turba compuesta por los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. A este grupo le había dado una señal que se convirtió en una referencia de la cultura occidental: besaría a Jesús para señalar su identidad y que pudieran detenerlo.

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