Pacto del 25 de Mayo: ¿Qué gobernadores dijeron si y cuales no?
La apertura al diálogo de Javier Milei expone un cambio de estrategia. Desconfianza y pedidos de certezas en la mesa de negociación.
El próximo viernes, en la Casa Rosada, el presidente Javier Milei tiene la oportunidad de iniciar un nuevo capítulo en su relación con los gobernadores de todo el país. Sus principales ministros recibirán a la mayoría de los mandatarios para comenzar a negociar el Pacto del 25 de Mayo, un acuerdo político, social y económico anunciado por el Presidente en la apertura de las sesiones ordinarias.
La convocatoria marca un cambio claro en la estrategia del jefe de Estado, que ahora está dispuesto a abrir un canal de diálogo con los mandatarios y negociar la aprobación de una nueva Ley Ómnibus, a cambio de un paquete de alivio fiscal para las economías provinciales. Este cambio se produce después de semanas de enfrentamientos y agresiones.
Los gobernadores, sin importar su afiliación política, buscan claridad sobre el pacto propuesto por Milei. Quieren propuestas concretas y documentos formales para evitar malos entendidos. En la Casa Rosada, aseguran que escucharán a los mandatarios y negociarán para llegar a un acuerdo que beneficie a todos.
Sin embargo, no todos los gobernadores están completamente convencidos. Algunos, como Alberto Weretilneck (Río Negro) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), han expresado sus dudas sobre el pacto propuesto por Milei. Consideran que la convocatoria tiene tintes de apriete y esperan más diálogo, consenso y acuerdos antes de comprometerse.
Otros, como Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja), rechazó firmemente el pacto. Creen que Milei está utilizando tácticas de extorsión y que el Gobierno debe cumplir con las leyes existentes antes de proponer nuevos acuerdos.
El resultado de esta reunión será crucial para el futuro inmediato del gobierno de Milei y su relación con los gobernadores. Si logra llegar a un acuerdo con la mayoría de ellos, podría consolidar su posición política y avanzar en su agenda legislativa. Sin embargo, si no logra convencer a los gobernadores más reticentes, su gobierno podría enfrentar mayores desafíos en el futuro.
