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A un año de la muerte de Beatriz Salomón: así están sus hijas

Las jóvenes no viven con su padre, el cirujano Alberto Ferriols sino con una mujer que las cuida desde que son niñas.

A un año de la muerte de Beatriz Salomón: así están sus hijas
lunes 15 de junio de 2020

En septiembre de 2016, cuando subió su primera foto a las redes sociales, Beatriz Salomón eligió mostrar lo más importante de su vida: Noelia (19) y Bettina (16). "Mis hijas", escribió. No hacía falta poner nada más.

Allí, en Instagram, esa galería de recuerdos que dejó como registro la inolvidable actriz y vedette, se suceden infinidad de amigos, compañeros y familiares hasta el 15 de junio de 2019, cuando falleció afectada por un cáncer de colon

Este lunes 15 se cumple el primer aniversario de su muerte. Pero aquella primera imagen de sus hijas es un testimonio de la mejor obra que dejó en este mundo, más allá de los brillos de un pasado lejano o las angustias del más reciente.

Tras la partida de Beatriz, todo lo que pidió la actriz terminó cumpliéndose. Incluso su sueño más anhelado: Noelia y Bettina crecen felices y sin necesidades, rodeadas de afecto.

De acuerdo a lo hablado, las chicas se quedaron viviendo en el departamento de la familia, a pocos metros de Plaza Francia, en el barrio porteño de Recoleta. Ese mismo hogar al que llegaron hace casi 20 años, primero una y luego la otra, tras una larga lucha para lograr su adopción por parte de Beatriz y quien era su marido, el doctor Alberto Ferriols.

Pero las niñas (como las llamaba siempre Beatriz) no viven con su padre sino junto a Blanca, su histórica niñera, la mujer que ayudó a cuidarlas desde que eran bebitas.

"Blanca no se separó nunca de Beatriz y sus hijas, ni siquiera cuando la Turca tuvo sus problemas económicos más serios y le costaba pagarle. La bancó siempre. Es de fierro, un miembro más de la familia, era algo natural que se quedaran viviendo con ella", explican desde el entorno.

Sin embargo, Ferriols está muy presente en la vida de sus hijas, y es algo que Beatriz también se preocupó por dejar para su posteridad. "La Turca respetó siempre su lugar como padre, más allá de todas las diferencias que había entre ellos", aclaran.

Además de su papel fundamental en el plano afectivo, Ferriols es el sostén de las chicas en cuanto a lo económico. Cuando Beatriz se fue, Alberto y sus hijas se pusieron de acuerdo y se juramentaron algo: dejar atrás la vida mediática y no dar más notas.

El propio Ferriols se lo explicó de manera muy respetuosa a Clarín, a través de un audio: "Estoy muy orgulloso de las nenas, ellas están muy bien. Son chicas con un comportamiento ejemplar. Hemos consensuado entre los tres no dar ninguna nota posterior al fallecimiento de su mamá, agradezco el recuerdo y les mando un saludo a todos. Muchas gracias".

Tras la traumática separación de Salomón, el doctor (que sigue atendiendo en su clínica) volvió a casarse con una mujer llamada Florencia, algo más joven que él. Cuentan que si bien Florencia no tuvo mucho contacto con Beatriz ni eran amigas, a la actriz le daba mucha tranquilidad saberla parte de la vida de sus hijas porque la consideraba una buena persona.

Otro motivo de orgullo para Ferriols es que Noelia, la mayor, se decidió por estudiar medicina, y eligió precisamente la rama de la cirugía plástica, como su padre. El año pasado el propio médico compartió un video donde aparecen juntos en su consultorio.

A Bettina, la menor, todavía le falta un año para terminar el Secundario pero todos coinciden en que son dos chicas estudiosas y muy compañeras entre sí. "Están como la Turca quiso que estén", señala Roberto Piazza, padrino de Noelia y gran amigo de la actriz.

"La Turca debe estar muy contenta. Las chicas están encaminando su vida de una manera muy inteligente y viva, en todo el sentido de la palabra", insiste el diseñador.

Fueron Noe y Bettina quienes, autorizadas por Ferriols, cumplieron otro de los deseos de Beatriz: donar la mayoría de sus vestidos, zapatos y tapados a la Casa del Teatro. También algunos cuadros donde quedó retratado su icónico rostro.

Uno de los diseños quedó exhibido en el museo de la emblemática institución: el que Beatriz lució en una de sus últimas apariciones televisivas, en el programa de Mirtha Legrand​, pocas semanas antes de su internación.

Beatriz Salomón en su última aparición televisiva, en el programa de Mirtha Legrand. Ese vestido fue donado al museo de la "Casa del teatro".

"Con mi marido hubo un pequeño acercamiento. Con la historia que yo me enfermé, yo no podía cumplir la rutina que tiene que cumplir una madre. Entonces tuvimos una charla y él se empezó a ocupar de las niñas, de ir a los colegios, de sacarlas al McDonalds, de sacarlas al cine... Le hizo bien a ellas", le contó Beatriz ese día a Mirtha.

Aquella cita en el programa de la diva fue a fines de abril. Y emocionó a todos al contar que eran sus hijas quienes la hacían aferrarse a la vida y luchar contra la enfermedad. Sin embargo, un mes y medio más tarde su cuerpo dijo basta. 

Tiempo después, Noe le dedicó unas lindas palabras el día del cumpleaños de Beatriz, en octubre: “Gracias por todo, por haber sido una excelente madre y compartir momentos inolvidables. Cada recuerdo que tengo nuestro, lo llevo siempre conmigo. Siempre vas a estar conmigo y yo con vos porque, cuando te fuiste, te llevaste una parte de mí. Siempre vamos a estar juntas las tres. A veces es difícil creer que ya no estás y nos duele, pero sé que ya no sufrís. Te amo y extraño mucho. Siempre voy a ser tu indiecita”, escribió.

"Extrañamos todo de vos pero sabemos que en el lugar en el que estés ya no sufrís y estás en paz. Te extrañamos y siempre me voy acordar de todos los momentos que pasamos juntas como madre e hija", le escribió Bettina, la menor.

Y cerró su posteo con una frase: "Después de todo sos mi luz y mi cielo azul, como vos me decías".

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