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El Fondo Monetario recomendó el ajuste fiscal

Los candidatos presidenciales prometieron superávit fiscal como uno de los pilares de sus políticas económicas.

El Fondo Monetario recomendó el ajuste fiscal
martes 14 de noviembre de 2023

El ajuste fiscal es un gran tema de preocupación. Los candidatos presidenciales reconocieron que el problema del déficit fiscal esbozó que irían hacia el equilibrio de las cuentas fiscales. Massa y Milei prometieron superávit fiscal como uno de los pilares de sus políticas económicas desde el arranque de la gestión.

Pero dado que ninguno de los dos brindó lineamientos, detalles o pormenores de cómo encararía el ajuste de las cuentas fiscales resulta interesante bucear en la experiencia histórica mundial para vislumbrar lo que pueda venir, sus consecuencias, y qué podría pedir el Fondo Monetario Internacional (FMI) en una nueva negociación.

A tal efecto, recurrimos a una investigación del propio Fondo, “Experience with Large Fiscal Adjustments”, a cargo de los economistas G. Tsibouris, M. Horton, M. Flanagan, and W. Maliszewski que analizaron el diseño y la implementación del ajuste sobre la sostenibilidad de la consolidación fiscal y los resultados macroeconómicos de 165 países durante 1971-2001, sumando 13 estudios de caso de países desarrollados, emergentes, y productores de recursos primarios. A modo de anticipo, la consultora Ferreres cuantificó algunas conclusiones del estudio: los ajustes fiscales mejoran, en promedio, el resultado primario en 1% del PIB; el 30% del ajuste fiscal suele alcanzarse con aumento de impuestos y el 70% con baja de gasto (sobre 154 casos, los 25 menos exitosos fueron por más impuestos y los 66 más exitosos por menores gastos); los planes de shock utilizan el aumento de impuestos en mayor medida que los planes graduales; y que los ajustes forzados recurren fuertemente a la baja del gasto.Veamos entonces cuáles fueron los principales hallazgos de la investigación del FMI.

Se han producido grandes ajustes con relativa frecuencia durante los años 70, 80, 90 y 2000. Se identificaron unos 300 episodios de consolidación superiores al 5% del PIB, casi la mitad de los cuales implicaron un ajuste en un período relativamente corto de uno o dos años.

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Las condiciones macroeconómicas al inicio de los grandes ajustes fiscales eran relativamente difíciles. Así los países que emprendieron grandes ajustes tuvieron coeficientes de deuda e inflación significativamente más altos al principio, así como un crecimiento más lento del PIB, el consumo privado y la inversión, en comparación con los países que emprendieron pequeñas consolidaciones fiscales. Restaurar la sostenibilidad y garantizar el acceso a financiación a corto plazo resultaron ser necesidades apremiantes. La estructura de las cuentas fiscales de los países que emprendieron grandes ajustes fiscales mostró una mayor dependencia de donaciones e ingresos no tributarios relativamente volátiles, menos dependencia de impuestos indirectos internos y más desembolsos de inversión de capital en el período previo al ajuste.

Los grandes ajustes fiscales duraderos se basaron principalmente en la reducción del gasto. Los análisis estadísticos y econométricos sugieren que una reducción equilibrada del gasto de capital y corriente, con énfasis en una reducción duradera de la masa salarial, funcionó mejor en estas situaciones. Una elevada carga de intereses resultó relativamente difícil de superar y condujo a una menor incidencia de éxito.

También hubo casos de ajustes fiscales duraderos basados en el aumento de los ingresos, particularmente en países con bajos índices iniciales de ingresos/PIB y donde el ritmo de ajuste fue más gradual. Esto permitió una implementación sostenida en el tiempo de reformas de política y administración tributaria.

El alto riesgo político tuvo un impacto adverso en la duración del ajuste. Los estudios de caso confirman que el apoyo político fue un elemento clave para lograr ajustes fiscales sostenidos.

Los grandes ajustes, a diferencia de las pequeñas consolidaciones, tuvieron en general un impacto macroeconómico positivo. Entre los grandes ajustes, un ritmo más gradual de implementación parece haber llevado a mejores resultados macroeconómicos.

Tenemos entonces que las medidas de gasto parecen ofrecer las mayores probabilidades de éxito, en términos de durabilidad del ajuste e impacto macroeconómico favorable, que el ajuste fiscal basado en el aumento de los ingresos también ofrece perspectivas de durabilidad y mayor eficiencia, particularmente en países con una relación inicial de ingresos/PIB baja; pero cuando los países se enfrentan a crisis de solvencia y liquidez, los ajustes basados en el gasto parecen ser la estrategia dominante, lo que probablemente refleja la dificultad de aumentar los ingresos en un entorno de fuertes caídas de la actividad económica privada. Algunas medidas, como las leyes de responsabilidad fiscal, han tenido un impacto significativo y mensurable en la durabilidad de los grandes ajustes, y finalmente, los estudios de caso y el análisis de la duración señalan la importancia del apoyo político al ajuste fiscal.

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